Maialen e Ignacio (Nacho) se casaron el 12 de octubre, un día precioso de otoño. Se dieron el ‘Sí, quiero’ en la iglesia de San Vicente de Bilbao y después se desplazaron hasta Amorebieta para celebrar el banquete en el restaurante Boroa.

Maialen lucía un vestido de Alicia Rueda, de talle regio, manga francesa y un elegante escote en pico en la espalda ornamentado con puntilla y pedrería en tonos azules y agua. Del recogido, le salía un largo velo azul.

Nacho optó por un chaqué en gris de Scalpers, chaleco cruzado con solapa de príncipe de Gales y corbata en plata. Elegancia a raudales.

Desde el primer momento esta pareja tenía las ideas muy claras. Querían una boda sencilla, inspirada en el otoño, y muy importante, que sus invitados se sintiesen cómodos y especiales en todo momento.

Para la decoración apostamos por materiales naturales como la madera y el mimbre, así como el vidrio. La paleta cromática eran granates, rosas y verdes, además del azul.

Un gran cartel de madera apoyado sobre el roble centenario de la entrada al aterpe del Boroa daba la bienvenida a los invitados. Para realzarlo colocamos cajas de frutas antiguas, damajuanas, una cesta de picnic y un gran cesto de flores y plumeros de la Pampa, que otorgaba al bodegón altura así como también un aire sofisticado a la vez que muy natural.

En cuanto al seating utilizamos botellas de vino de color canela sobre una gran mesa de piedra tapizada con musgo, a cada botella le colgaba el tarjetón con el nombre de los comensales de esa mesa. Además este set se completaba con grandes composiciones de flores, racimos de uvas y otras frutas de temporada.

El libro de firmas fue otro punto de atención y diversión para los invitados. Pusimos una cámara de fotos instantáneas para que se fotografiasen y pegasen las imágenes en un bonito álbum a la vez que les escribían bonitas palabras a los recién casados.

Al finalizar el banquete se celebró el primer baile en el exterior. Y para evitar que los tacones fueran una excusa para darlo todo en la pista de baile dispusimos un corner con alpargatas distribuidas en cestas por números. Y también preparamos una bonita candy bar con mucho azúcar para que las fuerzas no decayeran. Y por supuesto, también hubo todo tipo de adornos, sombreros y caretas para animar la fiesta hasta la madrugada.

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